Fernando Alonso. El bicampeón más joven de la historia. Ganador del mundial de Fórmula 1 en 2005 y 2006. Y… ya.
Cuando ganó esos dos títulos mundiales había nacido una estrella. Muchos pensaron que una leyenda. Tenía dos títulos en su bolsillo con solo 25 años y el potencial de hacer historia para conseguir cinco, seis o incluso quién sabe, superar el récord de siete títulos de Michael Schumacher. Pero no pasó.
Estuvo a punto de ganar en 2007 con Mclaren en la última carrera, fue subcampeón con Ferrari en 2010 y 2012, tocando casi la gloria con la punta de los dedos.
Después, ya en otras competiciones de motor, ganó de la 24 horas de Le Mans, y el mundial de resistencia, lo cual es muy loable, pero la mayoría de personas cuando piensa en Fernando Alonso suspira antes de contestar. Piensa en los títulos que pudo haber ganado. En lo que pudo ser y no lo que fue. ¿Es esto correcto? ¿Ha triunfado en su vida o fracasó?
La respuesta es bastante obvia. Una persona que gana dos títulos mundiales de la máxima competición automovilística, más los que había ganado en competiciones inferiores, más los títulos que consiguió después de la fórmula uno, parece claro que ha triunfado.
Entonces, por qué se tiene ese gusto agridulce al pensar en su carrera. Por el diseño humano de su plan maestro y hasta dónde podía llegar. Su máximo potencial. Toda persona que nace en el planeta Tierra, tiene establecido desde antes de nacer un plan maestro. Diseñado y elegido por él junto con la ayuda de sus maestros espirituales. Está formado por el mapa del alma más el código 72, donde existen 72 caminos posibles en la vida ordenados del mejor al peor en 12 niveles. En el nivel 12 todos podemos ser ricos y famosos, hacer historia. En el 11 eres muy abundante y conocido pero no necesariamente haces historia, y así hacia abajo. A partir de los niveles 7, 6, 5, solo sobrevives, sin abundancia, éxito y muchas veces salud.
Por tanto, en el nivel 12 de toda la Humanidad, en el máximo potencial, todos podemos ser ricos y famosos, ganadores de mundiales de fórmula uno si así lo elegiste antes de nacer. El problema es que para unos es más fácil que para otros, y ahí es donde entra Fernando Alonso…
Que llegues a los niveles superiores de tu código 72, se elige en la infancia. Que tus padres te metan a clases de tenis, inglés, o te compren un kart que despierte en ti el gusto por el automovilismo. Y a tus padres los elige tu alma antes de nacer, en función de las lecciones que tienes pendientes por vivir, karma y dharma. Por tanto, es menester avisar, que aunque todos tengamos el máximo potencial de ser ricos y famosos, hay planes maestros más fáciles que otros de cumplir.
En mis consultas privadas y cursos, he visto códigos 72 de personas que si llegaban al nivel 8 u 9 estaba muy bien y era un éxito (recordemos que la mayoría de la Humanidad vive en el nivel 6, sobreviviendo…), y otros diseño humano que solo en el 10, 11 y 12 se consideraría exitoso, ya que en vidas pasadas lograron alcanzar niveles muy elevados. Como los Wanna be que explico en mi libro El código 72, personas que pudieron llegar muy lejos en su vida pero no lo consiguieron y por dentro siempre tienen esa sensación de fracaso, que los lleva a vivir y querer aparentar por encima de sus posibilidades.
O como Fernando Alonso que tenía un diseño humano perfecto para alcanzar los niveles más elevados, si aprendía las lecciones…
Corría 2010 cuando era la última carrera del campeonato mundial. Recuerdo que estaba impartiendo un evento en Zaragoza y ampliamos la hora de comida para ver la carrera con más calma. España entera estaba pendiente de Fernando Alonso y su primer título con Ferrari (tercero personal) en su primer año con el equipo. Si ganaba iba a ser apotéosico.
Pero no ganó. Aquello fue un desastre, una hecatombe. En las primeras curvas hubo un accidente (provocado por Michael Schumacher, antiguo piloto de Ferrari, un detalle que mucha gente no se dio cuenta y hablaremos en otro momento…), que trastocó todas las estrategias de carrera. Alonso perdió el mundial por no adelantar un puesto más durante la carrera.
En aquel momento decidí consultar con los ángeles y registros akáshicos, si Alonso volvería a ganar un mundial, pensando yo a título personal que por supuesto sí, era joven y acababa de empezar su camino con Ferrari. La respuesta me dejó tan impactado, que al regresar al seminario decidí compartirla con los asistentes.
Ya nunca ganaría un título con Ferrari, es más, nunca ganaría un título en la Fórmula uno. La lección que tenía pendiente para llegar a los niveles más elevados de su plan maestro y código 72 era ganar títulos… ¡con equipos pequeños!
Pensé entonces cuando Alonso fichó por Ferrari, incluso desde un año antes que tenía una oferta de Red Bull (equipo pequeño sin títulos por aquel entonces) y la rechazó. Poco tiempo después, Red Bull ganó cuatro títulos seguidos con el piloto Vettel mientras él estaba en Ferrari. Y para terminar de cerrar el círculo, Vettel se fue a Ferrari cuando Alonso lo dejó y… ¡dejó de ganar!
¿Si Alonso hubiera fichado por Red Bull hubiera ganado seis, siete títulos y hubiera sido leyenda de la fórmula uno? Es muy fácil decirlo después, pero yo me atrevería a decir que sí. Hubiera alcanzado su nivel 12, a lo mejor también yendo a otro equipo pequeño como era su lección, por ejemplo Brawn GP en aquel entonces que después de convirtió en Mercedes y hoy lleva años ganando campeonatos mundiales con Hamilton, “curiosamente” compañero de Alonso en sus inicios…
Lo confieso, aquel día que Alonso perdió el campeonato con Ferrari me puse muy triste, más aún cuando escuche la predicción de los ángeles que compartí en el seminario. Necesitaba un poco de alegría y volví a insistir en la canalización sí habría una probabilidad remota de que volviera a ganar un título. La respuesta fue que en Ferrari seguro que no, pero que en los últimos años de su carrera, casi al final, cuando todo ya estuviera perdido, había unas posibilidades muy pequeñas de que ganara con… ¡Renault! Regresando a su origen, teniendo una segunda oportunidad de aprender su lección.
Todas las personas triunfamos, siempre. En la sociedad actual, se nos dice que solo los primeros son ganadores, que solo si tienes dinero y status has triunfado. Pero el mundo espiritual no funciona así…
La evolución es una línea horizontal no vertical, y todos somos iguales. Si avanzas no significa que seas mejor que los demás, porque siempre va a haber alguien por encima de ti y eso no significa que todos seamos malos.
Ahora bien, evolucionar significa que vayas aprendiendo las lecciones pendientes de vidas pasadas, (en este mundo o en otros…) y esto va a conllevar que asciendas por los niveles de tu código 72 y el diseño humano de tu plan maestro. Contra más lejos llegues en la vida mejor será, pero si no lo consigues tampoco pasaría nada. He visto registros akáshicos de personas que llevan 10 o 15 vidas intentando solucionar el mismo problema, repitiendo una y otra vez las mismas experiencias. No es fácil, y cada alma hace siempre lo mejor que puede. No se trata de ganadores y vencidos, sino de amor, comprensión y evolución.
Como digo en mis terapias, la gente suele vivir en su caminos 6 o 7, con que llegues al 8 o 9 ya es un triunfo. Ahora bien, si llegaras al 10, 11 o 12 ya estaríamos hablando de gran impulso evolutivo. Trata siempre de alcanzar los niveles superiores, pero si no se lograra, tampoco pasaría nada.
Así que Fernando Alonso, en mi humilde opinión, sí triunfó. Llegó a sus niveles más altos, aunque no consiguió llegar a su máximo potencial que era ser piloto leyenda (o ingeniero famoso…), y seguramente era su objetivo antes de nacer, pero estuvo cerca de lograrlo. Aún así lo hizo mejor que el 99% de la población mundial, y aprendió o trató de aprender las lecciones pendientes de su alma, que a fin de cuentas es lo más importante…
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