Si la respuesta es sí, bienvenido a la Humanidad. Hoy en día pocas son las personas que no buscan llenar una falta de amor o autovaloración en algún bien material, éxito o compañía.
Desde la comida que aporta un sensación de plenitud que no obtenemos afuera (y por dentro va derivando en un sobrepeso que cada vez podemos menos cargar…), la pareja que aunque no es la ideal y trae más problemas que soluciones por lo menos nos da algo de amor, a la ropa o coche nuevo que nos hará sentirnos admirados por los demás y así al fin tener el respeto que nos merecemos y no nos dan. Todos somos un poquito el eneatipo 3 el triunfador o el exitoso.Estas búsquedas ilusorias de plenitud que desde finales del siglo XX se acentuaron con el capitalismo y los medios de comunicación, son una trampa de la que es difícil escapar, sólo con gran fuerza de voluntad y humildad para reconocer quién somos realmente y en qué nos estamos equivocando, es posible ir llegando a nuestro verdadero ser.
Ahora bien, hay un grupo de personas, denominadas según el eneagrama de la personalidad, el eneatipo 3 El triunfador, que en su estado desharmónico como explico en mi libro en realidad son “Anheladores”. Anhelan con todas sus fuerzas en la vida adulta triunfar, y no importa mucho en qué, pero deben ser exitosos en su trabajo, admirados, enviados incluso, casi perfectos. Buscan que todo el mundo sepa lo buenos y exitosos que son. Altos ejecutivos, directores, políticos, actores, modelos, o cualquier profesión que les guste pero tienen que llegar lejos y destacar.
Viven obsesionados hasta tal punto que se pueden volver adictos al trabajo, anteponiéndolo a su familia, amigos por supuesto, incluso sus propias necesidades. Para ellos lo más importante es triunfar en la vida y ser reconocidos por la sociedad. Les encanta aparentar, por lo que suelen ir siempre bien vestidos, son educados, intentando ser ejemplares, pues ellos creen que la gente sólo los va a valorar por lo que consigan no por lo que son.
¿Cómo? ¿No creen que son buenos si no triunfan? Así es, este es todo el quid del asunto. Durante la infancia no se sintieron valorados, quizás tuvieron un padre o madre que les exigía demasiado sin valorar lo que realmente querían o podían para su edad, o sólo si sacaban excelentes notas o se portaban bien (triunfaban según los parámetros de los padres) les aceptaba y daba amor. En la vida adulta buscan esa falta de reconocimiento que su niño interior no consiguió satisfacer obteniendo éxitos profesionales.
El trasfondo es más complejo. El eneatipo 3 El Triunfador en realidad son personas con un gran talento profesional, que al no ser reconocido todavía les afecta más que a una persona sin tanto talento, porque cómo se les niega a ellas precisamente con lo buenas que son.
Hay otro trasfondo detrás del trasfondo, explicado en mis libros La plenitud del ser y El camino del eneagrama. Todo es un baile de máscaras y disfraces, esta personalidad es un pasaporte al éxito que algunas almas necesitan llevar para poder entrar en la fiesta de la vida. Incluso en algunos casos la infancia que ellos creen que tuvieron no es real, exagerando algunos hechos para poder formar su máscara. ¿Entonces es bueno que anhelen tanto triunfar? No, porque una persona que tuviera esa necesidad de reconocimiento satisfecha y plena, buscaría y tendría muchos más éxitos en la vida adulta, sirviendo además de líder y faro para otras personas que se acercarían su luz. Además que si buscas tu plenitud, amor y aceptación fuera de ti… ¡Nunca la encontrarás!
Hace unas semanas vi la película A Bad Moms Christmas, traducida en España como El Gran Desmadre – Malas Madres 2 (sí, en España rediseñado los títulos o los diálogos del doblaje como les sale…) y me llamó la atención la claridad con la que se muestra el eneatipo 3 de forma desharmónica.
-Atención Spoiler, vamos a revelar partes de su trama, si prefieres verla antes no sigas leyendo-
Ruth (Christine Baranski) llega a casa de su hija Amy (Mila Kunis) para pasar la Navidad. Conforme avanza la película vemos a una madre obsesionada por ser el centro de atención de la sociedad, quiere convertir a su hija y su casa en el centro de todas las miradas, unas triunfadoras de las que todo el mundo hable.
Para conseguirlo no le va a importar los sentimientos de su familia, pisoteando a su hija si hace falta, criticándola cada vez que puede porque no busca el éxito tanto como ella y se conforma con ser una perdedora. Cuando en realidad, cada vez que critica a tu hija y no la acepta como es se está criticando a ella misma, a su niño interior que anhela tanto ese reconocimiento.
Finalmente se revela lo que muchos sabíamos desde que entró por la puerta y dijo la primera frase (jeje). No se ama porque no sintió ese amor de pequeña, y lo busca de forma equivocada en la vida adulta. Su madre era así con ella (la abuela de Amy), siempre le exigía más sin reconocer su valía.
Todos en algún momento de nuestras vida identificamos el amor con partes externas del mundo físico, aunque si tu vida gira en torno a esto es muy probable que seas eneagrama 3. (No confundir con el 1 que busca hacer lo correcto para ser aceptado o el 8 que busca tener muchos éxitos pero por poder no por ser admirado por la sociedad).
Cuando el 3 está armonizado es una persona que guía a las demás desde la gloria de sus virtudes y grandezas, en la humildad, servicio y respeto al prójimo, siendo destacados líderes de la sociedad.
Cuando el 3 está desamornizado busca con frenesí triunfar en la vida muchas veces como sea, sin importar sus sentimientos ni los de los demás. Y lo suele conseguir, aunque por dentro se siga sintiendo vacío y nunca termine de sentir esa plenitud que busca afuera de él.
Por último, recordar que dentro de los tipos del eneagrama hay diferentes niveles de armonización. Puedes estar extremamente desarmónico y buscar ser un triunfador cueste lo que cueste sin ningún tipo de escrúpulos, un nivel medio donde quieras triunfar pero siendo jefa de un grupo pequeño de personas ya estás contento, o un nivel alto armónico donde eres un gran líder dueño de una empresa que ayuda a a Humanidad.
Terminamos por hoy, espero de corazón que leer este artículo te haya abierto un poco los ojos sobre por qué a veces deseamos realmente nuestros sueños, y si eres un eneatipo 3 adelante, a buscar el reconocimiento dentro de ti, no afuera…
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